viernes, 4 de abril de 2008

Los dos mundos

En el planeta Ardid, había una niña especial, diferente al resto: era desconfiada y no se comunicaba con su entorno, escepto con sus más allegados. No aceptaba la realidad en la que vivía, sentía que no pertenecía a este mundo. Así que, cogió un pincel, varios colores y comenzó a pintar su mundo en el lienzo de su alma. La niña pasaba horas y horas jugando en ese mundo, olvidándose por completo del resto. Era la "ausente", la "rara", pero eso no le importaba, ella ERA en su mundo y era feliz.
Pasaron los años y la niña fue creciendo. Ya no era tan "rara", porque consiguió hacer viajes a la realidad de Ardid y adaptarse (aunque no se sabe hasta qué punto). Sin embargo, aún seguía conservando ese mundo lleno de fantasía y magia pintado por ella.
Ahora está confusa, ha vivido tanto tiempo sumergida en su propio mundo que no sabe diferenciar cuál es el verdadero, el real/establecido, o el ficticio/imaginario. Ambos aparecen y desaparecen como si se tratara de un juego, el escondite, pero nunca se llegan a encontrar.

¿Cuál es el límite de lo real? ¿Hasta dónde llega la ilusión y lo ilusorio?

2 comentarios:

Isa R. dijo...

Nada es real, sólo lo que nuestra percepción y nosotros queremos que sea. Aconsejo a Ardid que intente vivir en una realidad, la que ella elija, y que no se cuestione si es buena o mala.

efectoasis dijo...

Porqué elegir un mundo? Ardid... puede estar en las dos, sin olvidarse de ninguno... porqué tarde o temprano la gravedad estira y los sueños elevan... así que es difícil dejar a uno de lado, se hacen recordar a su manera... se proyectan en la mente.

Y sí ese vaYven del uno y el otro la desconciertan... que juegue ella también al escondite... y que su escondite sea el viento, que sus soplidos los empuje sutilmente y les susurre dónde encontrar al otro... hasta que se encuentren de frente, y se miren a los ojos, antes de fundirse...

El real podría ser representado por el mar, porqué en este se puede nadar...y el imaginario por el cielo, ya que en este mundo se puede volar. El nuevo es una dimensión entre ambos, más allá del horizonte difuminado que pierde de vista la linea, y se viste de colores de amanecer, allí se nada en las nubes y se vuela en el mar.

Rakatá...!xD

(Primer comentario sin aparato. Sí, si no lo digo... rebiento!)