¿Qué es saltar?
Saltar no es apegarse a alguien o algo y dejarse arrastrar al vacío, sabiendo que cuando estés cayendo alguien estará frenando tu velocidad o te estará esperando con una enorme colchoneta.
Saltar no es coger a tus miedos y meterlos en el compartimento secreto de tu maleta para no tenerlos presentes.
Saltar no es un juego de comba.
Saltar es dejarse llevar por el flujo de espirales y coincidencias, pero sobre todo, por ti.
Saltar es lanzarse al vacío, al TODO y NADA, sin saber quién ni qué te espera abajo, sin pensar en la finalidad de saltar, en la caída, en si te harás daño o no.
Saltar es coger la llave que abre la puerta de tus miedos, liberarlos y luchar contra ellos, en las alturas, teniendo en cuenta que un movimiento en falso te condena a los infiernos. Saltar es derrotar a tus miedos, desprenderte de ellos.
Saltar es renunciar a tus apegos: las ideas preconcebidas, los esquemas mentales, la comodidad y aparente seguridad adquirida.
Saltar es SOLTAR y agarrarte a lo único que tienes… a ti.
Saltar es difícil porque implica muchas cosas, te implica.